Thursday, October 1, 2015

Cómo los pensamientos cambian el cuerpo


Los pensamientos sí cambian el cuerpo.

En épocas pasadas solíamos recibir información sobre supuestas conexiones entre nuestros pensamientos y sus efectos sobre el cuerpo solamente de fuentes metafísicas que se referían a conceptos incluidos en frases del tipo «como piensa el hombre» o «pues lo que ves, en eso te convertirás» (Evangelio Gnóstico de Felipe). Tales frases podrían llegarnos de fuentes tan diversas como los evangelios gnósticos (admirablemente comentados por la historiadora religiosa Elaine Pagels en su magnífico libro Los Evangelios Gnósticos), o del escritor James Allen y su hoy famosísimo (gracias a películas como ¿Y tú qué sabes? o El Secreto) libro Como un hombre piensa (que puedes descargar en formato e-book de forma gratuita y legal contáctame).

Los pensamientos sí cambian el cuerpo.

Hoy, sin embargo, esta información nos llega de biólogos celulares y biólogos moleculares, y de los académicos más eruditos que ofrecen conferencias sobre psicología en auditorios de las universidades más prestigiosas del mundo. Nos llega también procedente de los experimentos con el ADN llevados a cabo por el ejército norteamericano; nos llega de neurocientíficos de prestigio internacional; nos llega de un científico japonés que estudia cristales de agua; y nos llega de un sinfín de fuentes más.

Los pensamientos sí cambian el cuerpo.

La bióloga molecular Candace Pert autora del libro The Molecules of Emotion (Las Moléculas de la Emoción), marcó rumbos pioneros en el concepto de cuerpo-mente. (Su trabajo a lo largo de más de varias décadas se basa en la manera en que el cuerpo-mente funciona como una sola red psicosomática de moléculas de información que controlan nuestra salud y fisiología. También tiene un CD excelente titulado Your Body is Your Subconscious Mind, o «tu cuerpo es tu mente subconsciente», solo en inglés). Acuérdate de lo ridículo que muchos pensaban que era esto hace solo un par de décadas, en los años 80. Ya hemos llegado muy lejos al aceptar la psiconeuroimunologia (PNI), que estudia la interacción entre procesos psicológicos y los sistemas nervioso e inmune del cuerpo humano, y ello nos ha llevado a entender, entre otras cosas, la conexión entre el estrés, los pensamientos y la aparición potencial de cáncer en el cuerpo en el futuro.

Los pensamientos sí cambian el cuerpo.

El biólogo celular Bruce Lipton es autor de La Biología de la Creencia: La Liberación del Poder de la Conciencia, la Materia y los Milagros y productor del CD The Wisdom of Your Cells: How Your Beliefs Control Your Biology («La sabiduría de tus células: Cómo tus creencias controlan tu biología», solo en inglés). En la reseña de Lipton que hace Amazon se puede leer: «sus experimentos y los de otros científicos de vanguardia han examinado en gran detalle los procesos mediante los cuales las células reciben información. Las implicaciones de esta investigación cambian radicalmente nuestra comprensión de la vida. Demuestra que los genes y el ADN no controlan nuestra biología, sino que el ADN lo controlan señales externas a las células, incluidos los mensajes energéticos que emanan de nuestros pensamientos positivos y negativos».

Precisamente de este concepto hablaron en Harvard en 2003, en una conferencia a la que asistí sobre la psicología del desarrollo. La Dra. Elaine Bearer indicó que ahora es posible (y de esto hace doce años) demostrar que todo lo que pensamos, sentimos y hacemos tiene la capacidad de cambiar nuestro ADN. Dedica unos instantes a pensar en las implicaciones que esto tiene… y piensa, por tanto, en lo importante que es desarrollar la capacidad de elegir lo que pensamos, sentimos y hacemos. Saber que siempre tenemos una alternativa y saber que siempre tenemos la libertad –si queremos– de elegir de otra manera. Y tomando esa otra alternativa –entre todas las posibles– literalmente contribuimos a nuestro bienestar (o no) a todos los niveles: físicamente, psicológicamente, emotivamente, y espiritualmente.

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En Japón, el científico Masaru Emoto escribió Oráculos de los Cristales de Agua. En la descripción de este libro y de la obra del autor, Amazon señala que: «usando la fotografía de alta velocidad, el Dr. Masaru Emoto descubrió que los cristales formados en el agua congelada revelan cambios cuando se dirigen hacia ellos pensamientos específicos y concentrados. Emoto descubrió que el agua procedente de manantiales limpios y el agua que había sido expuesta a palabras amorosas muestra unos patrones en forma de copos de nieve brillantes, complejos y coloridos. Al contrario, el agua contaminada o el agua expuesta a pensamientos negativos forma patrones incompletos y asimétricos con colores apagados. Las implicaciones de esta investigación crean una consciencia nueva de la manera en que podemos impactar positivamente en la tierra y en nuestra salud personal».

Lee también el fascinante artículo sobre Masaru Emoto que ofrece Life Enthusiast (en inglés) o ve este vídeo mostrando cristales afectados por los pensamientos y las palabras (en inglés), aqui en español, o este vídeo de una entrevista con el Dr. Emoto (en español).

Los pensamientos sí cambian el cuerpo.

El test muscular, o kinesiología aplicada, utilizada desde hace mucho como herramienta complementaria en tratamientos alternativos, básicamente permite que una persona compruebe la respuesta de otra persona a cualquier cosa, ya sea un pensamiento (cierto o falso) o los efectos benéficos o negativos que algo (por ejemplo, la comida o la medicina o un tratamiento) pueda tener en la otra persona. Numerosos autores (demasiados como para mencionarlos) han escrito extensamente sobre el tema del test muscular desde su aparición en los años sesenta, según lo utilizaba el quiropráctico norteamericano Dr. George Goodheart. Pero si quieres leer algo verdaderamente interesante sobre el tema, échales un vistazo a los libros de David Hawkins, en particular, El Poder contra la Fuerza: Los determinantes ocultos del comportamiento humano.

Los pensamientos sí cambian el cuerpo.

Consulta también estos artículos:

Los pensamientos sí cambian el cuerpo.

Así es que sabemos que los pensamientos cambian el cuerpo; puede incluso que lo hayamos sabido desde hace mucho, pero ahora tenemos pruebas (lo cual es, para muchos, un determinante). Entonces, ¿qué te impide hacer algo al respecto? Sobre tus pensamientos puedes ganar un control importante usando algo de destreza y especialmente midiendo tus emociones o tu estado emotivo en cada momento ya que éste te indica la calidad de tus pensamientos, y también moviéndote constantemente hacia niveles de frecuencia energética cada vez más altos (para más detalles sobre los mecanismos para conseguir esto, consulta también El Barómetro Energético: Conseguir que la Conexión Cuerpo-Mente te dé Resultados). Y tus pensamientos pueden tener un impacto positivo en la calidad de tu salud física, emotiva, y espiritual en una medida tan grande que simplemente no puedes ignorar esta información que ahora nos presenta no solamente la metafísica, sino también la ciencia empírica.

Los pensamientos sí cambian el cuerpo


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