Tuesday, August 18, 2015

Saber dónde mirar


  • ¿A dónde miras cuando algo va mal?
  • ¿En qué te centras cuando parece que no puedes seguir adelante?
  • ¿Qué pensamientos te pasan por la cabeza cuando acabas de echar algo a perder?
  • ¿Qué pensamientos corren a través de ti cuando tu mundo se vuelve del revés?
Las respuestas a todas estas preguntas dicen mucho acerca de la calidad (o falta de calidad) actual de tu vida.

Saber dónde mirar significa literalmente buscar siempre algo que apreciar, amar, disfrutar o por lo que estar agradecido; buscar algo que pueda ayudarte a crecer más; buscar algo que pueda enseñarte a progresar de forma más productiva, a ser más tú, y a sentirte mejor contigo mismo en cada momento, independientemente de dónde te encuentres actualmente.

Eso significa que, cuando las cosas no pueden ponerse peor de lo que estaban, te estás centrando en algo de esa situación que puedes apreciar, algo que te aportará un aprendizaje; en otras palabras, estás tratando de encontrar, en cualquiera que sea la situación a la que te lleve la vida, algo que te permita sentir algún tipo de reconocimiento.

Imagina sólo por un momento que pudieras elegir las cosas que te ocurren. Obviamente, sólo elegirías cosas buenas. Pero imaginemos por un momento que tienes un hijo en primer año. Las cosas buenas serían el recreo y las actividades lúdicas. Las cosas no tan buenas podrían ser aprender a leer y a escribir. O las matemáticas. Te haces una idea. Para que el niño progrese —aunque podría no elegirlo voluntariamente— necesita atravesar varias etapas de aprendizaje progresivo con objeto de convertirse en el adulto competente, eficaz y proactivo que esperas que llegue de hecho a ser.

Volviendo a ti, si tuvieras la posibilidad de elegir todo lo que te ocurre, podría ser que eligieras solo las cosas buenas. Pero pongamos que hay una parte de ti que es más sabia (puesto que tú eres, espero, el padre adulto y sabio del hijo que hipotéticamente tienes en primer año). Esta parte de ti que es más sabia sabe que, para que tú crezcas a niveles que no tienen nada que ver con leer, escribir y la aritmética, necesitarás elegir una serie de situaciones en tu vida que te hagan progresar en esas direcciones.

Así que, si tuvieras la posibilidad de elegir, entonces esa parte de ti más sabia y más mayor elegiría experiencias que, a primera vista, podrían parecer no del todo agradables. Tal vez tengas que vivir en un orfanato mientras eres niño (como el escritor Wayne Dyer); tal vez abusen sexualmente de ti (como hicieron a la escritora Louise Hay); tal vez te diagnostiquen cáncer (como a la cantante Kylie Minogue); tal vez te vuelvas tetrapléjico tras una caída montando a caballo (como Christopher Reeve, el actor que interpretó a Superman); tal vez te repudie tu marido, al que amas, porque no puedes tener un niño en lugar de una niña (como a Soraya de Irán, la segunda esposa del último Shah); tal vez contraigas la enfermedad de Lou Gehrig (como el famosísimo físico Stephen Hawking); tal vez tu madre sea asesinada ante los ojos de todo el mundo (como el hijo de la primera ministra paquistaní Benazir Bhutto); tal vez te metan en la cárcel durante 28 años por expresar tus opiniones políticas (como a Nelson Mandela); tal vez te envíen a Auschwitz, el campo de concentración y exterminio nazi durante el Holocausto, y mientras estás allí asesinen a toda tu familia en la cámara de gas (como le ocurrió al psiquiatra y escritor Viktor Frankl); tal vez tu marido resulte decapitado en un accidente de navegación a alta velocidad (como el segundo marido de la princesa Carolina de Mónaco); tal vez tengas que luchar contra tu adicción a las drogas (como el actor Robert Downey Jr.), o contra el alcoholismo (como el actor inglés Richard Burton, casado dos veces con Liz Taylor); o tal vez tu hijo se precipite al vacío dese 53 pisos en un rascacielos de Manhattan (como Conor, el hijo de Eric Clapton); o tal vez pierdas a tu hermana porque se ha suicidado (como perdió Mariel Hemingway a su hermana Margaux). La lista podría seguir y seguir, pero he elegido deliberadamente estos personajes famosos para que te sea más fácil relacionarlos. Probablemente hayas oído hablar de muchas de estas personas, puedas imaginártelas y hayas visto en los medios de comunicación internacionales a algunas de ellas mientras atravesaban sus experiencias particulares.

Entonces, si pudieras elegir lo que te ocurre y si, hipotéticamente, eliges uno de los anteriores ejemplos (nunca en mi sano juicio, te oigo decir... pero ahora te pido que tengas paciencia conmigo por un momento), ¿no habrías elegido esa experiencia concreta para sacar algún provecho de ella?
De nuevo, te oigo decir: ¿cómo podría sacar provecho de una situación tan horrible? ¿Te acuerdas de Maggie y Reg Green, la pareja americana que se hizo famosa hace algunos años cuando su hijo Nicholas murió de un disparo en Italia mientras su familia pasaba allí las vacaciones? Los padres de Nicholas decidieron después donar los órganos y tejidos de su hijo a siete italianos para permitir que otros pudieran vivir y tuvieran el futuro del que fue privado Nicholas. El provecho que sacaron los Green fue ver que la vida de su hijo no había sido truncada en vano. El provecho que sacaron fue ver la alegría en las vidas de siete familias que pudieron beneficiarse de la tragedia. El provecho que sacaron fue mirar más allá de lo simplemente obvio, cerrado y personal: mirar a una situación más amplia donde verdaderamente somos todos uno.

¿Qué hicieron para conseguirlo? Un elemento muy importante fue que supieron dónde mirar. Y parte de eso consiste en preguntarse: ¿qué puedo hacer con esto? ¿Cómo puedo aprender de esto? ¿Cómo puedo utilizar esto para ser una persona más grande, mejor? ¿Cómo puede esto ayudarme a crecer?

¿Dudas si la mayoría de las personas que he mencionado antes se hizo estas preguntas? ¿Te acuerdas de la campaña de Christopher Reeve por la investigación en células madre? O mira a Stephen Hawking, con sus ganas de vivir y su entusiasmo por el descubrimiento científico. O la meta de Mandela de poner fin al apartheid. Sí, cierto, no todos pudieron usar sus experiencias de la manera que estoy describiendo. Nadie ha dicho que sea fácil. Lo único que estoy sugiriendo es que si lo intentas y aprendes a saber dónde mirar, harás que tu vida sea mejor independientemente de las circunstancias externas.

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